La Catedral de Sevilla no es solo un monumento, es un testigo silencioso de la evolución de la ciudad, desde sus raíces islámicas hasta convertirse en uno de los templos cristianos más impresionantes del mundo. Acompáñanos en este recorrido por su fascinante historia.
En el siglo XII, durante la administración musulmana, el califa almohade Abu Yaqub Yusuf ordenó la construcción de una gran mezquita en Sevilla. De esta época se conservan elementos emblemáticos como la Giralda, que originalmente fue un alminar, y el Patio de los Naranjos, que servía como lugar de abluciones y reuniones.
Tras la conquista de Sevilla por Fernando III de Castilla en 1248, la mezquita fue consagrada como catedral cristiana. Durante más de 150 años, el edificio islámico fue utilizado para el culto cristiano, hasta que en 1401 se decidió construir una nueva catedral que reflejara el poder y la riqueza de la ciudad.
La construcción de la nueva catedral comenzó oficialmente en 1402 y se prolongó durante más de un siglo. El objetivo era claro: crear una iglesia tan grandiosa que quienes la vieran pensaran que sus constructores estaban locos. El resultado fue una imponente estructura gótica que hoy en día es la catedral gótica más grande del mundo.
Entre sus elementos más destacados se encuentra el Retablo Mayor, considerado el más grande de la cristiandad, con 26 metros de alto y 18 de ancho, compuesto por más de 200 figuras talladas en madera policromada.
A lo largo de los siglos, la catedral ha incorporado elementos de diversos estilos arquitectónicos, reflejando las distintas épocas por las que ha atravesado. En el siglo XVI, se añadieron elementos renacentistas como la Sacristía Mayor y la Capilla Real. Posteriormente, en el siglo XVII, se incorporaron detalles barrocos, como retablos y esculturas ornamentales.
Esta amalgama de estilos convierte a la Catedral de Sevilla en un museo vivo de la arquitectura, donde cada rincón cuenta una parte de la historia artística de la ciudad.
La Giralda, originalmente construida como alminar de la mezquita almohade, fue transformada en campanario tras la Reconquista. Con una altura de 104 metros, es uno de los elementos más emblemáticos de la catedral y de la ciudad. En su cima se encuentra el Giraldillo, una escultura que representa la Fe y que se ha convertido en símbolo de Sevilla.
Subir a la Giralda ofrece una vista panorámica inigualable de la ciudad, y es una de las experiencias más recomendadas para quienes visitan la catedral.
El interior de la catedral alberga una impresionante colección de obras de arte, incluyendo pinturas de artistas como Murillo y Zurbarán, y esculturas de Martínez Montañés. Además, en su Capilla Real descansan los restos de importantes figuras históricas como Fernando III el Santo, Alfonso X el Sabio y Cristóbal Colón.
El Tesoro de la Catedral, expuesto en varias salas, contiene piezas de gran valor histórico y artístico, como vasos sagrados, relicarios, custodias y ornamentos litúrgicos.
La historia de la Catedral de Sevilla también puede vivirse con una atmósfera completamente distinta… bajo la luz de la noche.
Puedes vivir una experiencia única: una visita guiada nocturna por la Catedral de Sevilla en la que recorrerás el interior de la Catedral mientras te contamos cómo ha evolucionado este monumento a lo largo de los siglos, desde la Reconquista hasta hoy.
A través de la luz, el relato y la emoción, esta visita guiada permite ver la Catedral desde otra perspectiva, con menos afluencia, más recogimiento y una narrativa que conecta arte, historia y espiritualidad.
La Catedral es solo una parte del alma de la ciudad. Si estás planeando pasar más días en Sevilla, te recomendamos completar tu experiencia con otras visitas como el Real Alcázar, el barrio de Santa Cruz o un paseo por el Guadalquivir al atardecer.
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La Catedral de Sevilla no solo ha sido testigo del paso del tiempo. Es un reflejo de cómo la ciudad ha cambiado, cómo su fe ha evolucionado y cómo su gente ha dejado huella en piedra, luz y arte. Ya sea de día o de noche, visitar la Catedral es entender Sevilla desde el corazón.
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